Un proyecto ingresado a la Legislatura porteña plantea que los alumnos de sexto y séptimo grado puedan conformar centros estudiantiles en cada escuela primaria, tanto de gestión estatal como privada, para debatir y proponer mejoras institucionales.
La iniciativa pertenece al Centro Integral Nuevos Ayres, del barrio de Monte Castro, y forma parte del programa "La Legislatura y la Escuela" que contempla la elaboración de propuestas por parte de los estudiantes que, posteriormente, llevan al recinto donde participan de una sesión.
El proyecto establece que cada institución, de gestión estatal o privada, contará con un centro propio integrado por diez alumnos —cinco de séptimo y cinco de sexto— elegidos democráticamente por sus compañeros tras una campaña interna. Estos representantes se reunirán una vez por mes con directivos y docentes para debatir propuestas y elaborar proyectos de mejora institucional.
El esquema de funcionamiento prevé que las reuniones queden registradas en un libro de actas y que los cambios o innovaciones sugeridos por los estudiantes sean presentados en forma de proyectos con argumentos y artículos. En las escuelas que cuenten con turno mañana y tarde se conformará un centro por cada jornada.
En los fundamentos, los autores del proyecto destacan que la propuesta se apoya en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, de 1989, y en la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de los Niños, Niñas y Adolescentes, sancionada en 2005, que reconocen a las infancias como sujetos de derechos y garantizan su acceso a la participación.
“Este centro estudiantil puede funcionar como una primera aproximación al sistema democrático, ya que los alumnos deberán postularse, hacer campaña y ser votados por sus pares”, señala la iniciativa. También remarca que la experiencia promoverá en los chicos y chicas habilidades como debatir, argumentar, expresar ideas y ser escuchados.
Los impulsores del proyecto eligieron a sexto y séptimo grado porque son los cursos con mayor trayectoria en la institución y, por ende, con más experiencia para aportar miradas sobre el funcionamiento escolar.
El texto cita como antecedentes al Consejo de Niños y Niñas de Rosario, integrado por chicos de entre 8 y 11 años que elaboran proyectos para su ciudad, y al programa “Buenos Aires Ciudad amiga de los niños y niñas”, donde grupos de entre 8 y 12 años diseñan propuestas barriales.
La diferencia es que, en este caso, el foco se pondrá en la vida interna de cada escuela, buscando fortalecer la participación estudiantil desde edades tempranas y garantizar un espacio institucionalizado para que las voces de los alumnos formen parte del diálogo con las autoridades educativas.